En el culturismo, la testosterona desempeña un papel fundamental. La mayoría de los culturistas han tomado, toman o han intentado tomar testosterona para potenciar los efectos de su entrenamiento. La testosterona es una hormona básica en el cuerpo humano y es la piedra angular del desarrollo muscular. También se considera una hormona androgénica, ya que es virilizante.
La acción de la testosterona puede resumirse fácilmente. En primer lugar, actúa sobre la masa muscular. La aumenta con bastante rapidez, ya sea reteniendo agua en los músculos o estimulando la producción de tejido muscular. En segundo lugar, limita el aumento de grasa corporal. La testosterona actúa como un quemador de grasa, lo que es ideal cuando se está reduciendo. Por último, ayuda a desarrollar más fuerza bruta en los músculos. Para el culturista, esto significa la capacidad de soportar cargas más pesadas, por lo que entrenar más duro y, en última instancia, construir más músculo.
Así que es fácil entender por qué tantos culturistas utilizan suplementos a base de testosterona para su entrenamiento, ya sea para aumentar masa o para reducir.
Pero comprar testosterona para potenciar el entrenamiento no está exento de riesgos. Existen contraindicaciones médicas para comprar testosterona para el culturismo.

¿Cuáles son las contraindicaciones?
Si hablamos de testosterona pura, existen numerosas contraindicaciones documentadas. De hecho, la venta de testosterona pura está muy restringida, ya que es muy peligrosa para el cuerpo humano. En dosis elevadas, provoca cambios fisiológicos importantes.
En el caso de los suplementos dietéticos que se comercializan actualmente, existen menos contraindicaciones.
Aún así, hay que prestar atención a la composición de estos productos. Los fabricantes utilizan varios ingredientes. Algunos recurren a la química con moléculas específicas como principios activos, mientras que otros utilizan ingredientes naturales. En ambos casos, esto puede tener repercusiones para el consumidor. Nunca se está a salvo de una intolerancia o alergia a una molécula. Sobre todo si se trata de un producto que no ha utilizado nunca. Por esta razón, siempre aconsejamos hacer una prueba antes de empezar una cura de testosterona.
Reacciones según el modo de administración
La testosterona se administra de diferentes maneras. Existen inyecciones intramusculares, cápsulas/tabletas y parches. El cuerpo reaccionará de forma diferente a cada estimulación. Mientras que algunos atletas no tendrán ningún problema con una inyección, otros sentirán molestias en el tejido muscular. Lo mismo ocurre con los parches, que pueden resultar irritantes, aunque hayan sido sometidos a pruebas dermatológicas antes de su comercialización. Una vez más, es aconsejable realizar una prueba y comprobar que el organismo reacciona correctamente a la testosterona antes de iniciar un tratamiento de varias semanas.
Por último, la testosterona que se vende en forma de comprimidos/cápsulas es ingerida por el consumidor. Para las personas que sufren habitualmente molestias estomacales o problemas digestivos, la toma de testosterona puede resultar difícil durante los primeros días del tratamiento. Después, el organismo se regula. Pero si los síntomas no desaparecen rápidamente, debe interrumpirse el tratamiento.