En los últimos años, las redes sociales se han convertido en parte integrante de nuestras vidas. La mayoría de la gente las utiliza por placer y otros como herramienta de trabajo.
En este artículo, intentaré mostrarte lo que las redes sociales pueden y no pueden aportar al mundo del fitness.
Las redes sociales y el mundo del fitness
En esta primera parte, vamos a adentrarnos en los orígenes del fitness y el culturismo y a entender por qué estas disciplinas están ultramediadas hoy en día.
Empecemos con un poco de historia: el fitness nació en Estados Unidos en 1970 de la mano del Dr. Kenneth H. Cooper. Su objetivo era adaptar los entrenamientos de los marines estadounidenses al gran público, principalmente a las personas sedentarias, para reforzar su sistema cardiovascular.
En los años 70, el fitness se democratizó con la famosa Jane Fonda y sus entrenamientos aeróbicos. Fue la primera «influencer» del fitness mundial.
Después, a partir de los años 80, el fitness empezó a diversificarse con nuevas formas de entrenamiento como el step, el body pump, etc.
La historia del culturismo es muy diferente. El culturismo existe desde la antigua Grecia y los primeros Juegos Olímpicos. El culto al cuerpo perfecto ya era omnipresente en aquella época. Por eso todos los dioses y diosas eran representados con una musculatura impresionante o una belleza inigualable.
No fue hasta el siglo XX cuando el culturismo se «democratizó» gracias a Eugen Sandow, considerado el padre del culturismo.
Una pequeña anécdota: es la estatua de Eugen Sandow la que se presenta a los culturistas en el prestigioso concurso Mr Olympia.
El mundo del culturismo se ha hecho un nombre gracias a atletas como Lou Ferrigno en la serie El increíble Hulk en los años 70, y sobre todo Arnold Schwarzenegger, que no necesita presentación.
Desde la creación de Facebook, la democratización del mundo del fitness no ha dejado de evolucionar en todo el mundo. Poco a poco, los culturistas profesionales han ido ganando protagonismo publicando sus entrenamientos, sus dietas y sus impresionantes físicos.
La red social que ha hecho estallar en popularidad el mundo del fitness es instagram. Son innumerables las personas que muestran su estilo de vida fitness. Además, ya no son sólo los atletas profesionales los que tienen el monopolio de las redes, sino también los deportistas aficionados, hombres y mujeres.
Esta práctica se ha hecho tan popular en los medios de comunicación que los ingresos generados en 2019 serán de 94.000 millones de dólares en todo el mundo. Como resultado, vemos mucha publicidad de franquicias de pabellones deportivos, productos adelgazantes y complementos alimenticios, así como marcas de ropa y material deportivo.
Esta hipermediatización también ha permitido que personas apasionadas por el fitness y el culturismo, profesionales o no, sigan su estilo de vida fitness diario a través de vídeos en Youtube o Instagram, que son seguidos por miles o incluso millones de seguidores.
Estos influencers explican su rutina diaria, dando consejos (buenos o malos) sobre lo que les funciona y lo que debería ser igual para todos los que les siguen.
Hablaremos más sobre esto en la última parte del artículo.
La influencia de las redes sociales en el culturismo
Las redes sociales se han convertido en la principal fuente de visibilidad y, por tanto, de ingresos para las marcas. Antes de la aparición de estas redes, la gran mayoría de su público eran deportistas experimentados y entendidos.
Hoy en día, el público se ha diversificado. El mundo del fitness está cada vez más democratizado y es más accesible al gran público.
Estas marcas ya no necesitan grandes nombres del culturismo para promocionar sus productos. Les basta con contactar con influencers con muchos seguidores y ya está.
Esto facilita a las marcas vender sus productos a un público más amplio.
Las redes sociales también tienen un enorme poder sobre la percepción que la gente tiene del cuerpo y la mente.
Ya sea para promover una disciplina concreta como el crossfit o el culturismo, las redes sociales han cambiado, en mi opinión, la forma en que hombres y mujeres ven su cuerpo.
Para un hombre que quiere conseguir el mayor número posible de visitas y «me gusta», la tableta de chocolate visible ya no es suficiente. Todo el cuerpo tiene que estar superdesarrollado, incluso si eso significa tomar drogas para mejorar el rendimiento.
En el caso de las mujeres, la situación es diferente, ya que el cuerpo se ha hipersexualizado, con unos estándares físicos precisos: unas nalgas muy desarrolladas y unos muslos delgados (lo cual es físicamente contradictorio).
De ahí que se muestre a modelos de fitness con figuras de ensueño, en traje de baño, en una playa paradisíaca, haciendo un entrenamiento deportivo a base de sentadillas, estocadas, etc. para centrarse en los glúteos.
Me imagino a algunas personas diciéndose «¿cuál es el problema? ¿Cuál es el problema? Ver a hombres y mujeres en busca del cuerpo perfecto es ambicioso y respetable, pero también hay que mirar un poco más allá.
Este problema ofrece 2 posibilidades a las personas que siguen o tropiezan con estas cuentas:
- Un efecto positivo sobre la motivación, el deseo de querer identificarse con estas personas e inspirarse para parecerse a ellas.
- Un efecto negativo con la creación de complejos o la certeza de complejos existentes que hará que la autoestima y la confianza en uno mismo caigan en picado.
La autoestima es probablemente lo más importante y lo más difícil de adquirir para una persona. Las personas que buscan identificarse con estos hombres y mujeres deben tener en cuenta que se necesita mucho tiempo y disciplina para conseguir estos resultados (de forma natural, en cualquier caso).
Cuando estas personas publican fotos o vídeos, se ha planificado toda una organización con meses de antelación, con sesiones de entrenamiento específicas y una dieta concreta. Todo con el objetivo de que parezca lo más perfecto posible para conseguir el mayor número de «me gusta» y ganar notoriedad.
Si lo que buscas es identificarte con la gente, busca personas que tengan valores cercanos a los tuyos, una ética que coincida con la tuya, pero también personas que no estén intentando venderte un supuesto producto milagro para una cosa u otra.
¿Están creando las redes sociales «falsos coaches»?
Es una pregunta legítima para un coach como yo, que ha seguido una formación profesional para obtener un diploma reconocido por el Estado.
Pero, ¿se considera este diploma en su justo valor? Desgraciadamente, creo que no. ¿Y por qué no?
Con la llegada de las redes sociales, todas las personas apasionadas por el fitness y que consiguen tener el cuerpo que desean, se creen entrenadores o dietistas.
Todo lo que tienen que hacer estas personas es publicar sus rutinas deportivas y nutricionales, añadiendo una dosis de motivación a través de una mentalidad guerrera. Los seguidores se acumulan a medida que se esfuerzan por conseguir los mismos resultados, y así es como se crea un influencer, con miles o incluso millones de personas siguiéndoles.
Estos influencers aprovechan su notoriedad para crear conceptos más o menos eficaces, marcas, etc., y así crear su propio negocio.
La gran mayoría de ellos carecen cruelmente de conocimientos en todas las áreas relacionadas con el culturismo (entrenamiento y nutrición). No por hacer mucho entrenamiento cardiovascular y ser vegano vas a adelgazar. Tampoco vas a ganar músculo por hacer técnicas obsoletas que tienen más riesgos que beneficios y que vas a consumir muchas proteínas.
Cada objetivo forma parte de un conjunto de factores igualmente importantes (nutrición, deporte, sueño y poco estrés, autoestima). Si estos factores no están en armonía, tardarás mucho tiempo en alcanzar tu objetivo.
Esta sinergia es a menudo olvidada por estos influenciadores. Por supuesto, puede que obtengas resultados a corto plazo, pero tienes que pensar en tu salud a largo plazo.
También me gustaría decir que tampoco todos los entrenadores cualificados son buenos entrenadores. Muchos carecemos de conocimientos porque dejamos de formarnos una vez obtenido el diploma.
Por mi parte, llevo año y medio formándome en la ciencia del entrenamiento y la nutrición para ayudar a mis clientes a mejorar su salud y alcanzar sus objetivos.
Es esta cruel falta de conocimientos lo que hace que haya malos entrenadores. No basta con ser un apasionado del culturismo, hay que seguir aprendiendo cada día.
Pero, ¿es realmente culpa del entrenador? Sí y no.
Sí, como acabo de explicar. No, porque en mi opinión la culpa es de la formación profesional.
A estos cursos les falta profundidad, conocimiento y práctica. Algunos formadores están anclados en los años 90 o incluso 2000. Apenas evolucionan mientras el mundo avanza.
¿Cómo se puede formar a buenos entrenadores si algunos de los formadores son incompetentes? ¿Cómo esperar que el diploma se convierta en una referencia?
A modo de comparación, nadie puede improvisarse como panadero/pastelero profesional o electricista profesional sin formación previa, y sin embargo cualquiera puede vender programas deportivos y dietéticos a personas sin conocimientos profundos.
Y ahí radica el problema. En los próximos años, la formación profesional de los monitores deportivos se va a volver elitista. No por selecciones drásticas o contenidos extremadamente complicados, sino simplemente por el coste desorbitado de los cursos.
Por eso mucha gente prefiere darse a conocer en las redes para construir un negocio de éxito antes que pagar por una formación excesivamente cara.
Por eso las redes sociales son una mina de oro para los influencers.