La electroestimulación es una tecnología que utiliza impulsos eléctricos para estimular los músculos.
Ya sea para aumentar la fuerza muscular o para recuperarse entre sesiones, desde hace unos diez años la electroestimulación se ha convertido en un auténtico compañero de entrenamiento para los deportistas, incluidos los corredores. ¿Es sólo una moda pasajera o realmente merece la pena?
Sommaire
¿Por qué utilizar la electroestimulación?
Cada vez son más las personas que recurren a la electroestimulación, y los motivos son igualmente variados. La EE no sólo se utiliza para hacer ejercicio o aumentar la masa muscular. Se puede utilizar en diversos campos, como el deporte, la forma física y el bienestar, la salud y, por supuesto, la preparación para el trail. Tengo la suerte de trabajar en colaboración con una gran marca, y he recibido formación para utilizarlo para aumentar la masa muscular en CAP y TRAIL.
¿Cómo funciona la electroestimulación?
El principio de la electroestimulación es producir una contracción en las fibras musculares, no a través del cerebro, sino mediante una estimulación eléctrica transmitida a través de electrodos colocados en la piel. El músculo reacciona entonces en función de la información enviada. Según la intensidad de la estimulación y su duración, el músculo trabajará con fuerza (más de 30 hercios), resistencia muscular (entre 10 y 20 hercios) o recuperación (entre 1 y 10 hercios).
Por lo general, la electroestimulación trabaja un solo músculo o grupo muscular, dejando de lado el refuerzo de los músculos antagonistas.
Pero, ¿es la electroestimulación tan interesante como afirman las marcas en sus páginas web? ¿Puede realmente servir para aumentar la fuerza muscular, mejorar la resistencia muscular o mejorar la recuperación?
Se podría pensar que sí, dado que muchos deportistas la utilizan como complemento de su entrenamiento, ya sea para el fortalecimiento muscular, la recuperación después del ejercicio o la capilarización, para mejorar la oxigenación del organismo durante el ejercicio y reducir así los efectos de la fatiga durante el mismo. Esto se consigue aumentando el flujo sanguíneo.
Para una sesión de fuerza
La electroestimulación para aumentar la fuerza está científicamente probada. Utilizada de forma controlada, como parte de un protocolo de entrenamiento de 4 a 8 semanas con 3 a 4 sesiones por semana, por ejemplo, puede aumentar la fuerza muscular en individuos sanos.
Sin embargo, este aumento de la fuerza y de la masa muscular es inferior al que podría haberse conseguido al mismo tiempo mediante un entrenamiento voluntario activo.
La electroestimulación no recluta todas las fibras musculares de un músculo, sino sólo el 40-60%. Además, sólo estimula un músculo o grupo de músculos a la vez, lo que puede provocar desequilibrios, ya que los músculos antagonistas no se fortalecen de la misma manera al mismo tiempo.
Por eso es más que recomendable utilizar siempre la electroestimulación de forma dinámica cuando se utiliza para el refuerzo muscular, es decir, combinando la estimulación con un ejercicio realizado simultáneamente. De este modo, el músculo antagonista reaccionará en consecuencia a la misma intensidad.
La electroestimulación, combinada con una contracción muscular voluntaria, puede reclutar más unidades motoras al mismo tiempo. Así lo afirman la mayoría de los fabricantes. Pero hasta la fecha, nada se ha demostrado al 100%.
Electroestimulación para la recuperación
La mayoría de los deportistas que disponen de un electroestimulador lo utilizan principalmente para la recuperación, en forma de masaje de relajación. Después de una sesión de entrenamiento, incluso se ha convertido en un reflejo para algunos. Van y colocan los electrodos en las zonas que han estado sometidas a tensión mecánica.
Los estudios han demostrado que esto facilita la eliminación de ciertos productos de desecho producidos durante el entrenamiento, en particular favoreciendo la circulación sanguínea y el retorno venoso.
Pero desde un punto de vista funcional, no se ha demostrado que este método tenga un efecto positivo en el rendimiento deportivo.
Existen varios programas de recuperación disponibles en los electroestimuladores modernos. Puede ser muy útil para quienes no tienen tiempo de hacer una recuperación activa yendo a la piscina, por ejemplo, para nadar a baja intensidad.
El electroestimulador puede permitir a los deportistas optimizar su preparación, que a menudo es un compromiso entre el tiempo disponible, la energía gastada, la fatiga y la recuperación.
Aumento de los capilares sanguíneos
Este programa, disponible en la mayoría de los electroestimuladores, provoca un aumento muy brusco del flujo sanguíneo (arterial) hacia los músculos. Este efecto favorecerá el desarrollo de la red de capilares sanguíneos.
Información capilar: un capilar sanguíneo es un vaso sanguíneo extremadamente fino, flexible y elástico. Son numerosos y completan la red sanguínea, formando lechos capilares complejos. Los capilares sanguíneos tienen una presión arterial muy baja. Los capilares sanguíneos cambian constantemente e irrigan los tejidos. Los capilares sanguíneos están conectados a venas y arterias y transportan nutrientes, sobre todo glucosa, y oxígeno. Están muy presentes en los músculos, el hígado, los pulmones, los riñones y el sistema nervioso.
Disponer de una mejor red sanguínea repercute directamente en el rendimiento, ya que una mejor superficie de intercambio con la sangre tiene un doble efecto positivo sobre el carburante:
- Un mejor aporte de nutrientes, de glucosa en particular;
- Una mejor difusión del oxígeno y, a cambio, una mejor evacuación del ácido láctico producido por el ejercicio.
Tradicionalmente, se recomiendan ciclos de una semana para este programa para permitir obtener efectos marcados. A menudo antes de una competición.
Prevención y cuidado de las lesiones
La mayoría de los fisioterapeutas deportivos la consideran especialmente beneficiosa para los deportistas lesionados. Es una técnica extremadamente útil y pertinente cuando se está inmovilizado, incapaz de realizar contracciones musculares voluntarias.
Por ejemplo, para un maratoniano operado del tendón de Aquiles tras una rotura. Puede permitirle seguir trabajando el cuádriceps durante toda la inmovilización y recuperar así la masa muscular perdida más rápidamente y a nivel de la pantorrilla después de 2 meses escayolado.
Conclusión
Puede que la electroestimulación no sea la fórmula mágica para mejorar el rendimiento, pero puede seguir siendo un compañero de elección en una bolsa de entrenamiento.